
Durante la temporada de vacaciones, el Centro Santa María se llenó de risas, colores y sueños compartidos. En cada rincón se respiraba entusiasmo y ternura, mientras nuestros niños descubrían nuevas formas de expresarse y crear con sus propias manos.
Preparamos juntos recetas navideñas que sabían a hogar, realizamos manualidades cargadas de imaginación, y dimos vida a adornos llenos de brillo y esperanza para el Festival Navideño. Pero más allá de las actividades, lo que verdaderamente transformó esos días fue la calidez con la que cada niño fue escuchado, guiado y abrazado.
Fue un tiempo en el que el aprendizaje se volvió juego, la creatividad se volvió refugio, y la convivencia se transformó en cariño. Un espacio seguro donde cada niño no solo desarrolló habilidades, sino también descubrió que su voz, su arte y su alegría tienen un lugar importante en el mundo.
Porque en Fundación Alzarse, cada taller es mucho más que una actividad: es una oportunidad para recordarles que sus sueños importan y que nunca estarán solos en el camino para alcanzarlos.